La semana antes de vacaciones leímos en clase un texto muy
interesante sobre los museos. El texto trataba sobre cómo se puede conseguir que la gente enriquezca su
vida con los museos, que la gente se emocione y se divierta, que los visitantes
aprendan y se eduquen. Para ello los museos deben renovarse y buscar
alternativas que atraigan a la gente hacia ellos, pues la gente que acude ha
hecho una evolución en los últimos tiempos. Antes los visitantes tan solo
acudían para pasear entre el material expuesto y hoy en día la gente va en
busca de una experiencia física donde utilicen todos los sentidos, buscan la
adquisición clara e identificada de conocimientos y cuando no se obtiene este
beneficio rápido y explicito, los museos no resultan atractivos.
Así pues los museos en los últimos años han intentado buscar
ideas para renovarse y así resultar atractivos para el público. Han decidido
que el papel más importante de los museos debe ser el de educar, pero educar de
una forma divertida. Para ello, hay que
saber las necesidades de las personas haciendo un pequeño análisis de la
realidad. Así que lo primero que hay que tener en cuenta, es que las personas
de todas las clases, edades, razas y etnias tienen derecho a compartir el patrimonio
cultural del que disponen y los museos tienen la obligación de reflejar la
naturaleza de la sociedad en sus colecciones, en la composición de sus
empleados y cuerpo rector y en su programación. Los museos son la llave del
pasado, un pasado en el que todas las razas y culturas se tienen que ver
reflejadas. Tras un análisis de la realidad los museos intentan que todo el
mundo se sienta identificado, para que así tenga más ganas de ir a los museos y
aprender.
En el texto también cuenta como los museos hablaron con los
colegios para así elaborar un plan educativo con el que los niños pudieran
completar sus conocimientos adquiridos en clase yendo a los museos. En
definitiva, el texto habla sobre el papel más importante que tienen los museos
‘’Educar’’ y esa educación debe ser divertida y amena. Cuando alguien vaya a un
museo tiene que estar pensando y divirtiéndose todo el rato, se tienen que
poner en marcha todos los sentidos del visitante.
En el texto hay un ejemplo de como un museo hizo que los
visitantes aprendieran a la vez que se divertían. Un museo decidió abrir sus
puertas por la noche durante el mes de julio para que los niños pasaran hay la
noche asando pescado en una tradicional cocina de carbón, hacen una tétrica
visita a la luz de las antorchas por el museo y se prueban disfraces y
sombreros. Con esto pretenden que los niños conozcan la historia social de
Barbados. Esta actividad también la hizo el oceanográfico, donde los niños
podían ir a dormir con el colegio, con su familia o con quien quiera y pasaban
una noche entre tiburones donde aprendían las diferentes clases que hay.
En conclusión opino que un museo cuando te hacen participe
de él es interesante y te dan ganas de volver una y otra vez. Recuerdo que
cuando era pequeña fui a un museo con el colegio, vimos una exposición de
cerámica y después de verla nos dejaron hacer figuritas con barro y nos
teníamos que inspirar en uno de los autores que hubiéramos visto fue divertido
y ayudó a aprender pues mientras veías la exposición sabias que después te
tenías que inspirar en alguno, entonces eso te obligaba a mirar las figuras y
su autor con más detenimiento.
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