domingo, 31 de enero de 2016

En la lengua no vale el masculino como genérico

Ayer vino Teresa Meana, una filóloga y activista feminista a darnos una charla de concienciación para hacer un uso no sexista de la lengua.  La charla fue muy enriquecedora pues nos hizo ver, por lo menos a mí, que la lengua es un gran obstáculo para la igualdad entre hombres y mujeres. Además me hizo ver que la lengua tiene mucha más importancia de la que pensamos, pues a través de la lengua lo aprendemos todo y en la lengua se refleja el sexismo y el androcentrismo.
Una de las cosas que más me sorprendió de lo que comentó en la charla fueron las palabras que sacó del diccionario, el cual a día de hoy estoy totalmente segura que no refleja la lengua y además contribuye a esa desigualdad entre hombre y mujer, pongo algunos ejemplos para que los internautas me entendáis. En algunos diccionarios la palabra sombrero aparece de la siguiente manera:
Acepción 1: Prenda de vestir para el hombre que cubre la cabeza.
Acepción2: Adorno con el que las mujeres se cubren la cabeza.
Por lo visto los hombres se visten y las mujeres se adornan, es triste ver esto reflejado pues parece ser que para los que editaron este diccionario las mujeres y los hombres no son iguales puesto que hacen distinción. Otro ejemplo es la palabra hombre y mujer, Teresa nos contó que encontró para sus clases un diccionario en el cual ponía en la primera página que había intentado quitar toda la contaminación ideológica que tiene la lengua. Bueno pues al buscar la palabra hombre salía lo siguiente: Individuo de la especia humana, adulto y al buscar mujer salía: persona del sexo femenino, la que dejó de ser niña. Por lo visto la mujer nunca llega a ser adulta, ni es un individuo de la especie humana. Puede ser, que hasta el día de ayer no estaba concienciada realmente de la importancia que esto tenía pero conforme Tersa iba hablando me iba dando cuenta más y más. Una de las palabras que fue definitiva para que me diera cuenta fue ciudadanos se supone que esta palabra la hemos tomado siempre como un masculino genérico, pero no es así pues en algunos escritos la palabra ciudadanos solo comprendía a los hombres, así pues ciudadanos era u masculino genérico cuando convenía. Y este es el problema realmente, que cuando conviene el masculino engloba a todo el mundo y cuando no solo a los varones.
Durante toda la charla me fui dando cuenta más y más que la lengua invisibiliza a las mujeres, pues si siempre oímos el masculino no hay femenino en nuestra cabeza, pues hay que comprender que las palabras iluminan la realidad, que son mágicas por el efecto que producen en nuestra mente, y que no son las palabras el verdadero problema si no la sociedad. Pues la lengua cambia y evoluciona para designar objetos que antes no existían y ahora sí, así pues podría cambiar para que la mujer no estuviera invisibilizada y no sería nada raro pues las palabras las inventamos nosotros y si a alguna palabra le pareciera raro a alguien por cambiarla para que la mujer tuviera presencia, alomejor es él el raro.

En definitiva, este progreso de cambio hace muchos años que empezó, por ejemplo con el voto femenino, las profesiones a las que las mujeres no podían acceder…Y todo eso cambió así que prefiero pensar que luchando por ello algún día la lengua y por tanto la sociedad dejará de invisibilizarnos.
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